Y es que las perspectivas , las miradas, los enfoques, los constructos, el sentido mismo de la educación… ha cambiado. Parece necesario en estos tiempos que corren,que educar sea guiar aprendizajes,que aprendizaje sea ‘diálogo’, ‘comunicación’ y ‘relación’.y que equiparemos aprender a ‘compartir’, a ‘intercambiar’ y a ‘(re)construir’.
Encaja de manera lógica en esta “nueve educación” que la definición del ese horizonte educativo que supone el aprender a aprender, esté relacionada con aprender a investigar; con preguntar(se) y responder(se); con hallar respuestas… y también con hacerse preguntas.
Desde el realismo educativo práctico observamos que los primeros interrogantes de una secuencia de aprendizaje se dirigen a enseñar al alumnado a pensar en qué información necesita, a que aprenda dónde y a cómo buscarla; a tener estrategias para extraer, observar y analizar hechos; a encontrar relaciones y categorizar conceptos e ideas. La experiencia de una educación equitativa y justa nos indica que enseñar es proporcionar vías de participación para todos…
es dar opciones de progreso y crear oportunidades de aprendizaje, porque educar es incluir.
Por todo ello, en el anterior post me centré en la idea que gira en torno a la educación del descubrimiento y la metáfora de la educación de las preguntas.
SER «PREGUNTONES»
Es una realidad que una de las características de nuestra sociedad red es que las frases eslogan se mueven por la telaraña como mantras que acaban, no solo perdiendo el sentido sino también el contenido, quedándose en frases huecas: lo importante en los alumnos es preguntar y preguntarse, decimos hasta la saciedad
Así ocurre que muchos podríamos confundir que la nueva educación se base en que los alumnos se hagan muchas preguntas, se cuestionen mucho las cosas. Y es posible que no sea así. Hace tiempo, en diálogos con mis alumnos me daba cuenta que no eran capaces de dudar sobre lo que yo le contaba, y que cuando les invitaba a dudar…preguntaban por preguntar…y me alerté:
«…Cuidado! Quizás, no se trata tanto de que los alumnos se hagan muchas preguntas… sino a que aprendan a hacerse BUENAS preguntas».
Hacerse BUENAS preguntas es necesario para desarrollar BIEN la competencia de aprender a aprender. Es decir, es básico para abandonar el cómodo aprendizaje superficial y aventurarse en la indagación, el descubrimiento, la investigación, el razonamiento analítico… que supone el aprendizaje profundo.Una escuela diferente, nueva y transformadora
Puede ser relativamente sencillo extraer del alumnado sus mejores preguntas durante los procesos de aprendizaje. Pero el objetivo es que aprendan a hacérselas ellos solos. La clave de los procesos educativos basados en la pregunta es ofrecerles esquemas y fijar mecanismos, habilidades, conocimientos de procesos … para saber encontrar las preguntas que les lleven a ideas, conclusiones, soluciones o conceptos no evidentes de forma directa.
Enseñar al alumnado a hacerse buenas preguntas es empoderarle en autoaprendizaje, es poner los cimientos para que aprenden a aprender siempre, en cualquier contexto, situación o época de su vida.
No me cabe duda que la inteligencia se cultiva y desarrolla. Estoy convencido que una de las misiones de una escuela diferente, nueva y transformadora es dotar al alumnado tanto de herramientas que les hagan capaces de cuestionarse el mundo cambiante en el que les está tocando vivir como de recursos para encontrar respuestas con base argumental, científica, inteligente… que les ayuden a mejorar su vida.
Respuestas, que por poco tiempo que tengan vigencia personal, les sirvan como andamiaje de un nuevo cuestionamiento, de una nueva búsqueda y de una nueva respuesta que satisfaga la incertidumbre que les haya motivado.
LA EDUCACIÓN DE LAS BUENAS PREGUNTAS
Lo repito en mis artículos, en mis clases, en conversiones formales e informales: una educación basada en las respuestas del profesor, en la información directa y en el no cuestionamiento de la realidad es unaescuela que adoctrina, que construye mentes dormidas y acomodadas y que desarrolla personalidades sumisas, que no pasan por la vida, sino que más bien la vida pasa por ellos.
Por contra, una educación basada en el cuestionamiento del mundo que les rodea, puede motivar al alumnado, y favorecer el desarrollo de si inteligencia, de sus habilidades cognitivas y no cognitivas. Puede ayudarles a progresar en competencias críticas y creativas; a aumentar capacidades para comunicar ideas, pensamientos o emociones; a autorregular y controlar sus aprendizajes y su vida; a fortalecer su perseverancia ante el fracaso, el error y la duda.
EL ARTE DE ENSEÑAR A HACERSE BUENAS PREGUNTAS
¿Saben nuestros alumnos hacerse preguntas?
¿Están entrenados para ello?
¿Sus preguntas suelen ser superficiales, difusas, poco ordenadas, sin criterio, cerradas..?
¿Cómo podemos guiarles hacia las buenas preguntas?
¿Cómo podemos pasar del rol “dar respuestas”, al rol “proporcionar guías” que les ayuden a formular buenas preguntas?
Responder a todo esto no es sencillo
En el alumnado no hay cultura de preguntarse habitualmente. El reto está en conseguir una disposición hacia la búsqueda de soluciones necesaria para aprender en esta educación de las buenas preguntas.
Guiar a través de preguntas es todo un arte muy interesante a entrenar en la escuela. La capacidad de plantear la pregunta de modo constructivo y de colaborar en hallar la solución al dilema, problema o misterio conceptual es clave para nuestros aprendices, pues sabemos que siempre se asigna más valor al significado que uno mismo descubre que a un significado transferido.
Es difícil dar el cambio del rol docente. Para ello es necesario contenerse las ganas de responder en vez de dejar que se pregunten. Sé que hacerlo parece que es pervertir la esencia misma del magisterio, esa idea del maestro transmisor, cuyo papel es dar respuesta directas, certeras y finales, cuyo cometido es ser la “supervoz” que confirma o refuta todo.
EL CAMBIO
Llevo ya tiempo cambiando mi propia narrativa y quiero compartir el proceso que estoy siguiendo.
Un modelo estructurado en tres fases para ayudar a que mis alumnos aprendan por modelaje a hacerse preguntas.
A
Una primera fase en la que el docente es el modelo: Modelaje docente-alumnos en gran y pequeño grupo.
B
Una segunda fase en la que el grupo actúa de regulador del proceso:Modelaje y autoregulación grupal desde desarrollos cooperativos.
C
Una tercera fase en la que el proceso pasa a manos de cada alumno:Proceso de autorregulación individual mediante autoinstrucciones.
Estas tres fases se desarrollan a través de tres estrategias generales:
1
Del «qué es»…al «qué crees que es»
En esta estrategia,
las preguntas abiertas son clave del proceso
¿Qué son estas preguntas que denominamos abiertas? Son preguntas que nos pueden servir para arrancar un tema. Las preguntas abiertas focalizan sobre lo que sabemos, sobre lo que observamos y nos dirigen hacia lo que necesitamos saber.
Una pregunta abierta es un tipo de pregunta que siempre requiere una respuesta amplia, en la que es necesario utilizar, no sólo los conocimientos, sino también los sentimientos propios del que responde.
Es mejor que las fórmulas que se utilicen no ciñan a una sola repuesta. A más respuestas diversas más posibilidad de crear nuevas dudas y necesidades de nuevas exploraciones. Es más, deben sobrepasar la idea de respuesta correcta e incorrecta.
Creer es un verbo que introduce un matiz afectivo y emocional que involucra al interlocutor. Ya he comentado que una pregunta abierta no tiene que poder responderse con una respuesta breve, o de una sola palabra. Tampoco con un respuesta automática. En su respuesta deben intervenir “tu creencia” y obliga a que la persona que responde haga una pausa, piense y reflexione.
Es obvio, (por definición) que las preguntas abiertas no pueden referirse a un hecho cerrado, sino que tengan interpretaciones donde afecten los sentimientos, las opiniones, las ideas y las referencias personales acerca de un tema.
Al usar preguntas abiertas, el control de de la interacción lo pierde la persona que formula la pregunta, lo lanza al equipo de personas que aprende y provoca interacción e intercambio. Un control que vuelve a tomar cuando piensa, busca y reflexiona con los demás sobre la respuesta a su propio interrogante.
Fórmulas como describe…, cuéntame acerca de… o qué piensas sobre… son muy válidas para esta fase.
2
De la pregunta con respuesta directa, única,
previsible o conocida…a la pregunta
potenciadora del descubrimiento
En esta estrategia, las preguntas indagatorias y las hipótesis
investigadoras son las que guían el trabajo reflexivo.
Son preguntas que nos sirven para indagar, analizar y encontrar evidencias científicas, históricas o de conocimiento que se asienten sobre bases sólidas y construyan nuevo conocimiento. Se enfocan sobre lo que desconocemos, sobre cómo encontrarlo y para qué encontrarlo.
Investigar es una de las claves en las que más insistimos en la enseñanza no transmisora. Así , las preguntas podemos utilizarlas para lograr mayor claridad ante una respuesta o idea general; para evidenciar la falta de información y para buscar mayor profundidad en el concepto. Son también preguntas tipo abierto que no se pueden responder con un monosílabo.
Este tipo de preguntas les ayuda a los alumnos a explorar en su creatividad. Es aconsejable que las preguntas que se hagan expandan los límites de sus pensamiento y busquen respuestas laterales, a priori ilógicas y poco regladas.
Así, después de encontrar una lista de elementos que constituyen un hecho o un todo, podemos incitarles a que se interroguen con…qué pasaría si faltara tal parte? ..qué ocurriría si no existiese tal otra? . La idea de personalización también es lateral y empática…Y si fueras un ….. ¿cómo actuarías?
Un tipo de estas preguntas son las denominadas Preguntas socráticas. El método socrático encaja aquí como anillo al dedo, como si de una innovadora metodología se tratase. Dice wikipedia:
Su principal característica es la eliminación de pretensiones de certeza con el objetivo de animar a una comprensión más profunda de un tema en particular. Básicamente, hay que cuestionarlo todo sin dejar ninguna situación por investigar.
La estrategia pasa por la formulación de preguntas que invitan a pensar, primero aparentando ignorancia y luego promoviendo el análisis.
En la siguiente infografía, resumimos las fases y el proceso sugerido:
Para saber más
Algunas de las preguntas desarrolladas que estoy utilizando en mis clases, para cada una de las fases, las pueden ver en Método para las buenas preguntas.
Copeland, M. (2005). Socratic Circles: Fostering Critical and Creative Thinking in Middle and High School. Portland, Me: Stenhouse Publishers,
Rancière, J. (2003). El maestro ignorante. Barcelona:Editorial Laertes
FUENTE: https://ined21.com/las-buenas-preguntas-para-aprender/
Lo repito en mis artículos, en mis clases, en conversiones formales e informales: una educación basada en las respuestas del profesor, en la información directa y en el no cuestionamiento de la realidad es unaescuela que adoctrina, que construye mentes dormidas y acomodadas y que desarrolla personalidades sumisas, que no pasan por la vida, sino que más bien la vida pasa por ellos.
Por contra, una educación basada en el cuestionamiento del mundo que les rodea, puede motivar al alumnado, y favorecer el desarrollo de si inteligencia, de sus habilidades cognitivas y no cognitivas. Puede ayudarles a progresar en competencias críticas y creativas; a aumentar capacidades para comunicar ideas, pensamientos o emociones; a autorregular y controlar sus aprendizajes y su vida; a fortalecer su perseverancia ante el fracaso, el error y la duda.
EL ARTE DE ENSEÑAR A HACERSE BUENAS PREGUNTAS
¿Saben nuestros alumnos hacerse preguntas?
¿Están entrenados para ello?
¿Sus preguntas suelen ser superficiales, difusas, poco ordenadas, sin criterio, cerradas..?
¿Cómo podemos guiarles hacia las buenas preguntas?
¿Cómo podemos pasar del rol “dar respuestas”, al rol “proporcionar guías” que les ayuden a formular buenas preguntas?
Responder a todo esto no es sencillo
En el alumnado no hay cultura de preguntarse habitualmente. El reto está en conseguir una disposición hacia la búsqueda de soluciones necesaria para aprender en esta educación de las buenas preguntas.
Guiar a través de preguntas es todo un arte muy interesante a entrenar en la escuela. La capacidad de plantear la pregunta de modo constructivo y de colaborar en hallar la solución al dilema, problema o misterio conceptual es clave para nuestros aprendices, pues sabemos que siempre se asigna más valor al significado que uno mismo descubre que a un significado transferido.
Es difícil dar el cambio del rol docente. Para ello es necesario contenerse las ganas de responder en vez de dejar que se pregunten. Sé que hacerlo parece que es pervertir la esencia misma del magisterio, esa idea del maestro transmisor, cuyo papel es dar respuesta directas, certeras y finales, cuyo cometido es ser la “supervoz” que confirma o refuta todo.
EL CAMBIO
Llevo ya tiempo cambiando mi propia narrativa y quiero compartir el proceso que estoy siguiendo.
Un modelo estructurado en tres fases para ayudar a que mis alumnos aprendan por modelaje a hacerse preguntas.
A
Una primera fase en la que el docente es el modelo: Modelaje docente-alumnos en gran y pequeño grupo.
B
Una segunda fase en la que el grupo actúa de regulador del proceso:Modelaje y autoregulación grupal desde desarrollos cooperativos.
C
Una tercera fase en la que el proceso pasa a manos de cada alumno:Proceso de autorregulación individual mediante autoinstrucciones.
Estas tres fases se desarrollan a través de tres estrategias generales:
1
Del «qué es»…al «qué crees que es»
En esta estrategia,
las preguntas abiertas son clave del proceso
¿Qué son estas preguntas que denominamos abiertas? Son preguntas que nos pueden servir para arrancar un tema. Las preguntas abiertas focalizan sobre lo que sabemos, sobre lo que observamos y nos dirigen hacia lo que necesitamos saber.
Una pregunta abierta es un tipo de pregunta que siempre requiere una respuesta amplia, en la que es necesario utilizar, no sólo los conocimientos, sino también los sentimientos propios del que responde.
Es mejor que las fórmulas que se utilicen no ciñan a una sola repuesta. A más respuestas diversas más posibilidad de crear nuevas dudas y necesidades de nuevas exploraciones. Es más, deben sobrepasar la idea de respuesta correcta e incorrecta.
Creer es un verbo que introduce un matiz afectivo y emocional que involucra al interlocutor. Ya he comentado que una pregunta abierta no tiene que poder responderse con una respuesta breve, o de una sola palabra. Tampoco con un respuesta automática. En su respuesta deben intervenir “tu creencia” y obliga a que la persona que responde haga una pausa, piense y reflexione.
Es obvio, (por definición) que las preguntas abiertas no pueden referirse a un hecho cerrado, sino que tengan interpretaciones donde afecten los sentimientos, las opiniones, las ideas y las referencias personales acerca de un tema.
Al usar preguntas abiertas, el control de de la interacción lo pierde la persona que formula la pregunta, lo lanza al equipo de personas que aprende y provoca interacción e intercambio. Un control que vuelve a tomar cuando piensa, busca y reflexiona con los demás sobre la respuesta a su propio interrogante.
Fórmulas como describe…, cuéntame acerca de… o qué piensas sobre… son muy válidas para esta fase.
2
De la pregunta con respuesta directa, única,
previsible o conocida…a la pregunta
potenciadora del descubrimiento
En esta estrategia, las preguntas indagatorias y las hipótesis
investigadoras son las que guían el trabajo reflexivo.
Son preguntas que nos sirven para indagar, analizar y encontrar evidencias científicas, históricas o de conocimiento que se asienten sobre bases sólidas y construyan nuevo conocimiento. Se enfocan sobre lo que desconocemos, sobre cómo encontrarlo y para qué encontrarlo.
Investigar es una de las claves en las que más insistimos en la enseñanza no transmisora. Así , las preguntas podemos utilizarlas para lograr mayor claridad ante una respuesta o idea general; para evidenciar la falta de información y para buscar mayor profundidad en el concepto. Son también preguntas tipo abierto que no se pueden responder con un monosílabo.
Este tipo de preguntas les ayuda a los alumnos a explorar en su creatividad. Es aconsejable que las preguntas que se hagan expandan los límites de sus pensamiento y busquen respuestas laterales, a priori ilógicas y poco regladas.
Así, después de encontrar una lista de elementos que constituyen un hecho o un todo, podemos incitarles a que se interroguen con…qué pasaría si faltara tal parte? ..qué ocurriría si no existiese tal otra? . La idea de personalización también es lateral y empática…Y si fueras un ….. ¿cómo actuarías?
Un tipo de estas preguntas son las denominadas Preguntas socráticas. El método socrático encaja aquí como anillo al dedo, como si de una innovadora metodología se tratase. Dice wikipedia:
Su principal característica es la eliminación de pretensiones de certeza con el objetivo de animar a una comprensión más profunda de un tema en particular. Básicamente, hay que cuestionarlo todo sin dejar ninguna situación por investigar.
La estrategia pasa por la formulación de preguntas que invitan a pensar, primero aparentando ignorancia y luego promoviendo el análisis.
En la siguiente infografía, resumimos las fases y el proceso sugerido:
Para saber más
Algunas de las preguntas desarrolladas que estoy utilizando en mis clases, para cada una de las fases, las pueden ver en Método para las buenas preguntas.
Copeland, M. (2005). Socratic Circles: Fostering Critical and Creative Thinking in Middle and High School. Portland, Me: Stenhouse Publishers,
Rancière, J. (2003). El maestro ignorante. Barcelona:Editorial Laertes
FUENTE: https://ined21.com/las-buenas-preguntas-para-aprender/
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