Accción tutorial ante el coronavirus: cómo atravesar tempestades, no olvidar una globalidad humana sin distancias y afrontar la huella psicológica.
En el artículo de hoy, tres orientadoras (Ana Murcia, Blanca Arce y Asun Marrodán) reflexionan sobre los cambios que nos ha traído el confinamiento por coronavirus y plantean cuestiones prácticas relacionadas con el acompañamiento y la acción tutorial.
Diseñando un Plan para Atravesar Tempestades, por Ana Murcia Asensio
En el contexto del confinamiento por coronavirus surgió la necesidad de planificar y colaborar en la gestión emocional de la comunidad educativa y de elaborar un programa de acogida para la vuelta al cole. Una vuelta que será muy distinta a la que acostumbramos a hacer en septiembre ya que ni nuestro alumnado ni sus familias están de vacaciones y, sin embargo, se tendrán que enfrentar con mayor o menor intensidad a situaciones complejas y difíciles de predecir, sentimientos de duelo, pérdida del empleo, conflictos derivados del aislamiento o miedo a futuros contagios…
Por ello, a través de las unidades de orientación de los centros de nuestro sector (ámbito rural de la zona centro de Asturias), fuimos diseñando una hoja de ruta, novelando nuestra propuesta de acción tutorial y componiendo unos contenidos que desarrollar. El resultado es este Plan para Atravesar Tempestades (PAT) que plantea diferentes abordajes en función de la tripulación a la que vaya dirigido. Se trata de un proyecto abierto y autodidacta que va adecuándose inevitablemente a las necesidades con las que nos vamos encontrando a lo largo de este imprevisto viaje. El plan está desarrollado en más detalle en un artículo del número especial de la Revista AOSMA de abril de 2020 (que estará disponible muy pronto en este enlace).
El PAT para el alumnado se construye de manera colaborativa en forma de retos que los coles elaboran alternativamente cada semana y luego comparten con el resto; además, se integra en las programaciones de las diferentes tutorías, por lo que las actividades pasan a formar parte de los planes de trabajo de los niños y niñas que nos quieren acompañar en esta singladura. Decidimos plantear una nueva línea de actuación, la Tutoría por Parejas a Distancia, una Red de Apoyo entre Iguales. Nuestros objetivos: desarrollar la competencia social y cívica, favorecer la convivencia a partir de un servicio a la comunidad, fortalecer las relaciones entre iguales y personalizar la respuesta educativa para ajustarla a cada situación particular.
Ana Murcia Asensio
Directora EOE Grado (Asturias)
A vueltas con los Planes de Acción Tutorial, por Blanca Arce
Desde hace días, y ya se cuentan por meses, estamos pendientes de una alarma sanitaria que mantiene en vilo a toda la humanidad. Solemos vivir las situaciones “desde la barrera” hasta que directamente nos tocan, y esta pandemia, con mayor o menor dolor, nos ha tocado a todos. También y quizá de una manera que todavía no alcanzamos a saber, a los niños, niñas y jóvenes, que sobresaturados de actividades en casa: manualidades, juegos en familia y videoconferencias, estarán gestando en su interior reflexiones y sentimientos que respetuosamente deberemos acompañar.
Incansablemente, se están dejando la piel los sanitarios de todo el mundo por un motivo tan profundo como urgente: curar a la gente, y después, o quizá ya, todos los profesionales amantes de la educación y el humanismo, nos veremos también con el reto y la responsabilidad de buscar los aprendizajes que esta situación nos está regalando, regalos que a veces vienen sutilmente sin envoltorio, aprendizajes que en algunas familias han pasado por asumir algunas heridas. Así que cuando volvamos a una “cierta normalidad” y a nuestras horas semanales de tutoría y entrevistas con familias, igual tenemos que seguir “curando a la gente”, porque curar a la gente también será acompañar, preocuparse, mirar el duelo…
Como orientadora y testigo del crecimiento de tantos niños y jóvenes, me pregunto si toda esta situación no nos va a pedir a gritos transformar de alguna manera nuestros planes de acción tutorial. Probablemente tendrán los mismos ejes, inherentes al proceso de maduración de las personas: emociones, valores, relaciones, compromisos, pero ¿no será esta situación la oportunidad de llenar de alma nuestras actividades de tutoría?
Desde hace unos días estoy apuntando aquellos aspectos que inevitablemente se deberían incorporar a los planes de acción tutorial a partir de ahora. Son aspectos que quizá ya estaban en muchas de nuestras acciones… pero quizá, visibilizarlos desde la experiencia vivida por todos, se conviertan en el verdadero aprendizaje.
El mundo es casa de todos: Si de algo nos hemos dado cuenta, cuando la población de Wuhan construía un hospital en pocos días, es que lo que observábamos desde lejos, ha pasado, de repente, de ser algo de otro mundo, a una realidad que se ha metido en nuestra casas. Más que nunca nos damos cuenta de una globalidad humana sin distancia, un mundo que se ha hecho a la vez vulnerable, un espacio que ha roto fronteras por momentos y nos hemos visto a la vez en el mismo barco. Probablemente los procesos de solidaridad, cuidado del planeta, inmigración, consumo… podrían tener ahora otro escenario emocional distinto en el que apoyarse.
Yo soy si tú eres: Me ha resultado iluminador tener la sensación de que simplemente, quedarse en casa, tenga un significado de solidaridad y esfuerzo por el cuidado del otro. Vemos a los sanitarios y a los trabajadores de actividades esenciales exponerse cada día, y desde luego, se han ganado el título de héroes; pero los demás, los que nos quedamos en casa consumiendo harina y levadura haciendo pasteles, o los que simplemente nos quedamos en casa sumergidos en la lectura de algún libro… todos los demás ¿estamos realmente contribuyendo en algo? Y la respuesta es SÍ… salimos a aplaudir cada día a todas estas personas que se juegan la vida, pero en el fondo nos aplaudimos entre todos, unos a otros, porque quedarse en casa también es curar y cuidar, es frenar la curva, es no contagiarse para no contagiar, es privarse de paseos para que se salven otros, es aguantar la convivencia demasiado apretada para que otros puedan volver a encontrarse… ¿Hay algo más profundo en ese acto que todos, sin excepción, estamos viviendo estos días? Probablemente, no se nos puede olvidar nunca en los procesos educativos, que un día experimentamos en nuestra piel, que somos cuando el otro es, y que estamos conectados aunque no sepamos nuestros nombres.
Intuyo que serán muchas las experiencias y reflexiones que deberán hacerse hueco en el diseño de los procesos educativos: la sensación de unión y empatía cada tarde y desde cada ventana al son de unos aplausos, la resiliencia obligada y sin entrenamiento cuando nos irrumpe sin avisar el dolor, la incertidumbre y un estado de alarma nunca conocido, el valor de la familia y la soledad…
Nadie, y eso espero, saldrá igual de esto. Algo nuevo, distinto, desconocido parece empujar e irrumpir en nuestro modos de vida y relación. Acompañar a los niños y niñas de nuestros colegios a no tener miedo ni anclarse en la nostalgia, será la puerta de entrada para que lleguen cosas nuevas y hacer de una pandemia el resurgir de una vida que nos haga más humanos.
Blanca Arce González
Orientadora Instituto Veritas (Institución Teresiana) – Madrid.
Huella psicológica y COVID-19, por Asun Marrodán
Seguro que estás aprendiendo a ver tu mundo de otra forma, a valorar cosas en las que, antes, ni te habías fijado. Todo acontecimiento de nuestra vida y circunstancias, reporta una lección, y la lección del COVID-19, va a dejar profunda huella en nuestras relaciones y emociones, en nuestra soberbia, en nuestra escala de valores, en nuestro falso poder como humanos.
Aprenderemos que la Naturaleza estaba muy malherida y también necesitaba un respiro. Y aprenderemos a abrazarnos de nuevo y a mirarnos a los ojos de otra forma, con más calma, con mas conciencia, con más sincera intensidad. No tengáis miedo. Saldremos reforzados de esta situación. #TodosJuntos.
Ya hay estudios, basados en experiencias anteriores, y otros más actuales como el realizado por un equipo de psicólogos liderado por Samantha Brooks, y publicado en la revista The Lancet, que indican que la postcuarentena tampoco será fácil. Tanto tiempo de confinamiento es ciertamente inquietante, y parece ser que algunos de los efectos negativos se detectan después de haber pasado el aislamiento. Por algo la privación de libertad se utiliza como castigo en el código penal. Dicho estudio propone unas sencillas orientaciones útiles para el momento que estamos viviendo. Coincido con ellas y las comparto: nos ayudará a reflexionar y a tener un mapa mental de nuestra propia situación, para que no nos coja de improviso ante cambios propios y de las personas de nuestro entorno.
Por esto, necesitamos PAUTAS para procesar bien las emociones que se han desencadenado con esta emergencia, para que no se enquisten en nuestro estado de ánimo. Incluso el confinamiento en casa tiene impacto en nuestro equilibrio: desencadena, en muchos casos, ansiedad, ira, estrés, frustración, … y afecta a la salud.
Estos días hablamos con muchos familiares y amigos y, en ocasiones, se comenta que estamos durmiendo peor que antes y que nos despertamos a menudo a lo largo de la noche, teniendo la sensación de descansar menos.
Nos invade una sensación de irrealidad, nos hemos visto obligados a cambiar unas rutinas por otras, … además de los efectos devastadores que sobre la psique colectiva tiene el hecho de que estén muriendo tantas personas y sea difícil, e incluso imposible, despedirnos de nuestros seres queridos.
El estado de ánimo puede ser impredecible en muchas personas y estallar la rabia, episodios de ansiedad sin tener consciencia del motivo o mostrarse al límite de la propia resistencia. Y la incertidumbre aumenta cuando los gobiernos improvisan. Y cuando las televisiones están cebados en noticias repetitivas y negativas, lo que llamamos “carnaza”, para sumar cuota de pantalla.
Necesitamos asumir el COSTE PSÍQUICO y poner mucho de nuestra parte para salir adelante. Aunque volver a la “normalidad” va a ser una bofetada de realidad porque entraremos en otra situación de expectación sobre los cambios sociales, laborales, sanitarios, educativos, económicos, … tan tremendos que van a acontecer tras el confinamiento.
Todos precisamos ir preparándonos para los cambios, también psíquicos, que muchísimas personas van a experimentar.
En general, tanto para ahora como para después, tengamos en cuenta que:
- LA ADAPTACIÓN NO VA A SER INMEDIATA: el ser humano necesita tiempo para retomar de nuevo el ritmo, tras un parón obligatorio de esta magnitud. Seamos pacientes pero firmes en nuestro avance hacia la “normalidad”. Nuestra actitud es nuestro mejor apoyo.
- APRENDAMOS: no podemos cerrar la experiencia en falso, con la sensación de que todo ha sido como un sueño o una pesadilla; no es bueno cerrar la etapa y dejarla estar. Deberemos pensar en ello, hablar, escribir, dotar a la experiencia de significado para integrarla en nuestra historia. Porque ya forma parte de nosotros, de nuestro entorno y de nuestro mundo físico y emocional, individual y colectivo.
- SEAMOS TOLERANTES con nosotros y con los demás. No vamos a exigirnos de la noche a la mañana el mismo ritmo anterior. Necesitamos ese tiempo y comprensión para facilitarnos el retorno. Curiosamente cuando salgamos de casa quizá, los primeros días, nuestro mayor deseo sea volver. Ya nos hemos acostumbrado y nuestras paredes nos dan seguridad. Y nos han hecho ver el exterior como nuestro mayor enemigo.
- PRESTEMOS ATENCIÓN A NUESTRAS EMOCIONES: si surge frustración, ira, miedo, culpa, … será comprensible. No hay emociones malas, solo hay que aceptarlas, trabajar con ellas para modificarlas y darles salida y, en caso necesario, pedir ayuda.
- COMPARTE cómo te sientes. Saber que a otros les pasa lo mismo es un alivio, y ayuda a liberar la tensión de la propia emoción. A la vez, nos ayuda a sentir que formamos parte de una sociedad en la que todos hemos vivido algo duro, extraño y extraordinario, que nos hará replantearnos muchas cosas en nuestras prioridades y en nuestro modo de vida.
También LOS NIÑOS pueden desarrollar problemas de conducta donde antes no existían. Así que no vienen mal unas pautas para ellos.
- DARLES TIEMPO para adaptarse al nuevo ritmo diario. En casa es muy necesario establecer rutinas en las que se sienta seguro y estar atentos si vemos problemas de alimentación, sueño o conducta. Serán señales de que algo no va bien.
- SIN MENTIRAS: Tenemos la responsabilidad de sentarnos a hablar con ellos, contarles lo que está pasando con un discurso adecuado a su edad, y sin mentir en las respuestas que les demos. Deben entender para que integren esta etapa de su vida, dándole sentido, en su evolución. Según la edad de cada hijo.
- CONTAR, MEJOR QUE PREGUNTAR: no preguntar de forma insistente cómo se sienten, ni si entienden lo que pasa. Es mejor que nosotros expresemos nuestros temores (sin pasarnos) y sea una conversación fluida, no un interrogatorio. Hablar de ello con naturalidad.
- CON LOS ADOLESCENTES es buen momento para desarrollar el pensamiento crítico, a través del refuerzo de la comunicación familiar. Que no crean que lo que dicen las redes es la verdad. Y cuidado si se observan signos de alarma como comportamientos fuera de lugar, bajo estado de ánimo, … No quites hierro dando por terminada una situación que puede estar en la base de un problema emocional.
Cuídate, disfruta del momento presente, y piensa que el desaliento no es una opción. Y que la tranquilidad, aceptación y cierto grado de optimismo, son una obligación.
Asun Marrodán
Psicóloga educativa. Orientadora jubilada.
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