“La educación debería considerarse un viaje de descubrimiento. Debería estimular las llamas de la imaginación y encender el fuego de la curiosidad.” Richard Gerver (93)
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miércoles, 11 de abril de 2018
Enseñar a pensar
Enseñar a pensar 7
El presente artículo apareció en INED 21 el pasado 6 de septiembre de 2017. De nuevo agradecemos al equipo de esta revista su generosidad al permitirnos compartir la serie de artículos del que forma parte.
Son ya seis (VI) los Principios que hemos divulgado para “enseñar a pensar” guiados por Robert Swartz, que nos permiten hacer de nuestros alumnos mejores pensadores, algo tan necesario en la sociedad de hoy. Después de conocer los patrones desafortunados del pensamiento; reflexionar sobre la importancia de los organizadores del pensamiento para conseguir un pensamiento eficaz; el consejo para docentes para infusionar el trabajo de enseñar a pensar con el currículum académico; en qué se basa lo que denomina el arte de enseñar a pensar y la reflexión sobre la importancia de ser explícitosa la hora de aplicar estos procesos. El último de ellos hacía referencia a la atención a la metacognición. Hoy nos llega el principio básico 7, donde Swartz nos plantea tres puntos claves para la transferencia del aprendizaje. Continuemos disfrutando.
Transferencia del aprendizaje[1]
DAVID PERKINS – ROBERT SWARTZ
Una de los objetivos más importantes de la educación, y a la vez uno de los más descuidados, es conseguir la transferencia del aprendizaje. La transferencia del aprendizaje (término que proviene de la psicología aplicada al aprendizaje), ocurre cuando los estudiantes aprenden algo en un contexto y lo aplican en otro significativamente diferente[2].
Un ejemplo de transferencia es cuando nos mudamos de casa, algunos alquilan una furgoneta para trasladar todos sus enseres y transfieren sus conocimientos y experiencia de conducir un coche, a la de llevar una furgoneta o pequeño camión. También realizamos transferencia cuando usamos los conocimientos matemáticos adquiridos en el aula para completar nuestra declaración la renta. También es transferencia cuando siendo aficionado a jugar al ajedrez, encuentras oportunidades para aplicar la estrategia de ajedrez de “tomar el control del centro” para aplicarlo en otros ámbitos como la política o los negocios.
Como muestran estos ejemplos, algunas transferencias llegan más allá que otras. La situación del camión es relativamente cercana a la situación del automóvil, un caso de “transferencia cercana”, pero en el ejemplo de las estrategias de ajedrez, aplicadas a la política y los negocios muestran escenarios muy diferentes. Este sería un caso de “transferencia lejana”.
¿Por qué la transferencia es tan importante para los educadores?
Tenemos dos razones:
I.- El impacto de la educación depende de esta transferencia
No enseñamos a los estudiantes en matemáticas para que puedan desempeñarse bien en exámenes de matemáticas, sino para que puedan usar las matemáticas en sus declaraciones de la renta, en el supermercado, para llevar la administración de su hogar y para ejercer profesiones de contabilidad, ingeniería o ciencia, por ejemplo.
No instruimos a los estudiantes en historia para que puedan pasar el test de historia, sino para que tengan una visión y comprensión de los acontecimientos actuales más global y amplia y voten con un sentido más profundo y democrático, y para que muestren mayor sensibilidad hacia las fuerzas sociales de su entorno.
II.- Las investigaciones demuestran que la transferencia del aprendizaje no puede darse por sentada
En la mayoría de las aulas, se da por supuesto que los estudiantes hacen la transferencia apropiada de lo que están aprendiendo. Pero para gran parte del conocimiento adquirido y las competencias trabajadas esta transferencia no ocurre. A menudo los estudiantes no aplican lo aprendido en matemáticas o historia en situaciones posteriores de aprendizaje o en situaciones fuera del aula.
Este es un gran problema para la educación en general y para la enseñanza del pensamiento específicamente. Así como los estudiantes tampoco transfieren su conocimiento sobre el contenido, a menudo tampoco transfieren con frecuencia las maneras de pensar que han aprendido en una clase en particular.
¿Qué se puede hacer?
Aquí, la investigación es alentadora. Ciertos estudios muestran que podemos obtener el nivel de transferencia que queremos si enseñamos específicamente para ello. Cuando la enseñanza incluye componentes específicos diseñados para fomentar esta transferencia, los estudiantes se habitúan a realizar con mucha más frecuencia esta transferencia de aprendizaje.
Distinguimos dos enfoques[3] generales en esta “enseñanza de la transferencia”
El enfoque denominado «abrazos»
La idea básica es enseñar a hacer esta transferencia de aprendizaje en situaciones que sean lo más similares a las diversas aplicaciones posibles a través de ejemplos o simulaciones de estas aplicaciones. Así, los alumnos “abrazan” las posibles aplicaciones previstas de una forma cercana.
El enfoque basado en los «puentes»
No muestra a los estudiantes experiencias directas con las posibles aplicaciones del conocimiento adquirido, sino que, con la orientación del maestro, éstos hacen generalizaciones sobre lo que están aprendiendo, anticipan posibles aplicaciones y comparan analíticamente diferentes circunstancias de una manera amplia.
El enfoque basado en la creación de puentes es analítico y conceptual, mientras que el enfoque basado en los abrazos es experiencial. Ambas son formas útiles para enseñar a realizar esta transferencia del conocimiento, y ambas pueden ser usadas al mismo tiempo.
Enseñar a transferir
¿Qué se puede hacer para enseñar a transferir mejores formas de dirigir nuestro pensamiento? La primera regla a tener en cuenta es reservar tiempo para la transferencia.
Así, después de desarrollar una estrategia de pensamiento mediante la infusión con un contenido curricular, pide a tu alumnado que apliquen la misma estrategia de pensamiento aplicada a un problema de su vida cotidiana. Por ejemplo, si habéis trabajado la destreza de explicación causal, oriéntales para que analicen un problema concreto que preocupe en el centro, como, por ejemplo, el ruido en la cafetería, para determinar sus causas; y buscar soluciones. Este ejemplo estaría basado en el enfoque de los “abrazos”, que busca transfereir el aprendizaje aplicándolo a experiencias similares al contexto en que un determinado aprendizaje ha tenido lugar.
Veamos otro ejemplo. Supongamos que ahora, los estudiantes han trabajado la toma de decisiones aplicada a evaluar alguna decisión determinante de un personaje histórico relevante y que supuso un cambio significativo en el transcurso de la historia, como el inicio o fin de una guerra, cambios en la sucesión dinástica que afectaron al devenir de un país, o lo que supuso para el Rey de Portugal no apoyar la expedición de Cristóbal Colon y que ésta fuera finalmente apoyada por los Reyes Católicos. Para enseñar a hacer la transferencia de este aprendizaje podemos desarrollar varias estrategias:
Trabajar con sus alumnos el mismo ejercicio con un ejemplo diferente
De esta manera se ayuda a los estudiantes a generalizar y ampliar la perspectiva de toma de decisiones introducida con la actividad anterior. Se trata así una forma “de abrazar” una experiencia directa con otros ejemplos. Es decir, trabajar la misma destreza con ejemplos históricos similares o incluso con decisiones más cercana de nuestros gobiernos actuales (la decisión de incorporar a España en la Unión Europea, etc…)
Comparar y contrastar con decisiones personales
En este caso pedimos al alumnado que elijan algunas decisiones personales que hayan tomado recientemente y que comparen el proceso que siguieron al tomar esas decisiones con la forma en que todos, en clase, replantearon y evaluaron la decisión del hecho histórico trabajado. Esta actividad es un “puente”, un ejercicio analítico de comparación y contraste. Por ejemplo analizar cómo aplicaron la toma de decisiones a la hora de decidirse por una actividad extraescolar o la adquisición de una mascota.
Realizar un diario de sus decisiones
También podemos pedir a los estudiantes que lleven un “diario de decisiones” durante un par de semanas para que trabajen los principios de toma de decisiones que están aprendiendo en el aula con algunas decisiones personales. En los diarios, podrán comparar y contrastar estas decisiones personales con las decisiones de los personajes históricos relevantes que formen parte del contenido curricular que han estudiado estudiando en ese momento. Esta práctica implica tanto “abrazos como puentes”:
Abrazos:
Porque se realiza un trabajo directo a través de la aplicación del aprendizaje en la toma de decisiones personales.
Puentes:
Porque trabajan la comparación analítica y el contraste.
Esto son sólo ejemplos. Algunos docentes podremos encontrarnos cómodos enseñando a transferir con tácticas muy parecidas a las de estos ejemplos. Otros, con agendas diferentes, podremos idear otras maniobras de abrazos y puentes para ayudar al alumnado a transferir lo que están aprendiendo.
La segunda regla, por tanto, es prestar atención a que una parte importante del aprendizaje es implementar procesos de transferencia.
En resumen
Principio Básico 7
La enseñanza para la transferencia de mejores maneras de pensar es una parte importante de la enseñanza del pensamiento. Esto significa asignar un tiempo específico para involucrar a los estudiantes en la experimentación de aplicaciones más amplias (abrazos) y generalizar y pensar analíticamente sobre aplicaciones posibles (puentes).
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